Manifestaba que si van a quejarse por la precariedad del sistema educativo español, no era lógico hacerlo perdiendo clases. Así que en su centro habían decidido "quejarse" del actual estado de cosas, entiéndase decisiones estatales y autonómicas (cada uno de un color político en Andalucía), a la japonesa; es decir, sumando a la jornada escolar habitual actividades culturales y educativas por la tarde y noche estos tres días (22, 23 y 24 de octubre).
Podéis saber más de la noticia en este artículo del Diario de Sevilla.
Desde luego que la iniciativa no ha pasado inadvertida y nadie podrá acusarles de que aprovechan para hacer novillos.
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