*Por aquello de que, Dios mediante, retomaremos el
hilo en Practicum II.

Comenzaré por esta última para terminar con buen sabor de boca. Debo
reconocer que han quedado en el tintero cosas que contar y, en ese sentido, al
blog le ha faltado algo de conexión con la realidad cotidiana de mis prácticas;
hacer honor al nombre: DIARIO de prácticas. A veces, por estimar como
anecdótico algún hecho, sin advertir que para el resto podría haber resultado
interesante o enriquecedor (dado los ámbitos variopintos de nuestras prácticas)
o por evitar redundar, subiendo reflexiones en la línea de las ya publicadas
(especialmente en el análisis del entorno). En otras ocasiones, quizás
encorsetado por el afán de ceñirme al guion de la PEC, pudo faltar ese carácter
de herramienta dinámica que se procuraba. Pero no pretendo flagelarme más
(apenas lo justo para tenerlo en cuenta la próxima). Creo que alguna flor
merezco.
En mi modesta opinión, las indicaciones referentes al contenido de las
entradas se han cumplido en un alto porcentaje (descripción de los objetivos,
del contexto, reflexiones personales, etc.). Asimismo, las cuestiones
propuestas para el análisis del trabajo, fueron resueltas en su mayoría
(ámbito, tipos y contenidos de la intervención, función del psicopedagogo,
finalidades y objetivos, mi participación, etc.). También se complementaron las
entradas con material audiovisual (presentaciones e imágenes fundamentalmente)
acerca de artículos, noticias y temas relacionados y se realizó una descripción
del proceso que desencadenó en la elaboración del proyecto. No faltaron los
enlaces oportunos y hasta alguna viñeta o música relajante que hicieran más
agradable la lectura.
Dejando de lado el instrumento, diremos que las prácticas en sí mismas,
me han servido para constatar la enorme carencia que existe en los
centros. Que la falta de presupuesto resulta determinante a la hora de poder
realizar un trabajo de calidad y una atención acorde a las necesidades de
nuestros alumnos. También aprendí que sin demasiados recursos, pero con
vocación y esfuerzo se puede lograr mucho y que la tarea de un buen
psicopedagogo (con tiempo) podría suponer la clave del éxito en muchos casos
difíciles.
En resumen, PracticumI me ha aportado una visión más
real de la difícil (y en ocasiones minusvalorada) labor del psicopedagogo. Sé
que habrá ocasiones en las que pueda ver la cara más amable y que la
satisfacción por los frutos obtenidos vendrá de la mano y en la sonrisa de un
niño. Sea como fuere, he podido aprender que hay mucho que hacer en cada sitio
en el que nos encontremos, que son muchos alumnos y familias los que nos
necesitan, que existen buenos compañeros que lo dan todo y que los mejores
apuntes son, como casi en todas las profesiones, sólo un buen comienzo (pero no
te explican que has der ser mago y funambulista).
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